La Unión Soviética logró hace 50 años el sueño de Konstantin Tsiolkovsky, de 1903, de poner un satélite en órbita utilizando las leyes Newton y Kepler mediante un cohete, al lanzar su Sputnik I, el primer satélite hecho por el hombre.
La brillante bola de aluminio pesaba 83 kilogramos y pasó 21 días en órbita. Su señal electrónica transmitida a la Tierra por el aparato se convirtió en un icono de la Guerra Fría.
El lanzamiento fue parte de la celebración del Año Geofísico Internacional organizado en 1957, prorrogado posteriormente hasta 1958, en el que tanto los EE.UU. como la Unión Soviética anunciaron su intención de lanzar satélites artificiales ese año. Este evento, nacido de una idea del geofísico americano James Van Allen, permitió reunir por primera vez a geofísicos de diversas naciones enemistadas por la guerra fría y permitió el desarrollo de los estudio climáticos.
La URSS fue la primera en cumplir, lanzando el primer "Sputnik" el 4 de octubre, seguido del Sputnik II el 3 de noviembre. Estados Unidos tuvo mala suerte con su primer intento, en diciembre de ese año, el cohete que lanzaría su satélite Vanguard se incendió durante el lanzamiento. Por lo que se autorizó el lanzamiento de otra misión iniciada no oficialmente unos años antes por Wernher Von Braun. Von Braun había construido grandes misiles para el ejercito de los EE.UU. y tenía toda la infraestructura preparada, pero hasta entonces no había obtenido permiso para lanzar ningún satélite.
El vehículo espacial americano denominado Explorer 1, fue lanzado el 31 de enero de 1958 y fue diseñado y construido por un grupo de científicos de la Universidad de Iowa, liderados por James Van Allen. Este grupo se había acreditado previamente con la primera observación de los electrones de la aurora desde un cohete; casualmente, la idea del IGY partió de una cena celebrada en 1950 en la casa de Van Allen (en ese momento cerca de Washington).
El Kremlin vio al Sputnik como un gran logro científico de la URSS, provocando el asombro de Estados Unidos, al quedar atrás en un campo de investigación tan importante.
El Sputnik inspiró a la Casa Blanca a ordenar el desarrollo de una nueva agencia dedicada al espacio, NASA, y programa para fabricar satélites estadounidenses.
viernes, 23 de octubre de 2009
Explican la expansión acelerada del universo
Cuatro físicos teóricos plantean que la solución a uno de los mayores misterios de la cosmología, como es la expansión acelerada del Universo, ha estado frente a nuestras narices.
La historia del descubrimiento de que el Universo se expande revela el drama que significa generalmente para los científicos pasar de un paradigma a otro. Luego que Albert Einstein revelara al mundo su Mecánica Gravitacional (Teoría de la Relatividad General), otros científicos se abalanzaron sobre ella para estrujarle sus secretos.
Entre ellos, el físico ruso Alexander Friedman, que en 1922 consigue demostrar que según estas ecuaciones, el Universo se puede contraer o expandir. Einstein, horrorizado, decide cambiar sus ecuaciones agregándoles un término que el llamó constante cosmológica para estabilizar el Universo y hacerlo estático.
Este nuevo término, representaba una densidad de masa del espacio vacío que generaba la expansión del Universo con una velocidad siempre creciente.
Pero cuando en 1929, Edwin Hubble probó a través de las observaciones de los espectros de galaxias lejanas, que el Universo de hecho está en expansión, Einstein se apresuró en repudiar su constante cosmológica, llamándola "la mayor metida de pata de mi vida".
Sin embargo, observaciones realizadas en supernovas lejanas durante la década del 90, utilizando los estudios del astrónomo chileno Mario Hamuy, condujeron al extraordinario descubrimiento publicado el año 1998 que el Universo ha estado aumentando su velocidad de expansión desde al menos la mitad de su existencia.
La constante cosmológica fue así resucitada por los físicos teóricos y repuesta en las ecuaciones de la gravitación para describir este fenómeno. Aunque sus causas no se conocen completamente, se atribuyeron a una posible Energía Oscura, que representaría nada menos que el 70 por ciento de la masa del Universo.
Respecto al resto, cerca del 25 por ciento parece estar en la forma de otro componente misterioso, la Energía Oscura; mientras que solo un 5 por ciento estaría en la forma de Materia Ordinaria , compuesta de los mismos quarks, protones, neutrones y electrones de los que estamos hechos nosotros y las galaxias.
Ahora los físicos teóricos, Edward W. Kolb del U.S. Department of Energy's Fermi National Accelerator Laboratory, Chicago (USA); Sabino Matarrese de la Universidad de Padova; Alessio Notari de la University of Montreal (Canada); y Antonio Riotto del INFN (Istituto Nazionale di Fisica Nucleare) de Padova (Italia), han aparecido con una nueva solución a este astronómico acertijo, donde han probado suerte los mejores cerebros de la humanidad.
Su estudio fue enviado recientemente a la revista Physical Review Letters. Y allí explica Antonio Riotto que: "La hipótesis de la energía oscura es extremadamente fascinante, pero tiene el problema que ningún modelo teórico, ni los más modernos, como la supersimetría o la teoría de las cuerdas, es capaz de explicar la presencia de las misteriosa materia oscura en las cantidades que necesitan las observaciones.
"Si la energía oscura tuviese el tamaño que predicen las teorías, el Universo se habría expandido a una velocidad tan fantástica que hubiese sido imposible la existencia de nada de lo que conocemos en nuestro cosmos."
Para reconciliar esta cantidad de energía oscura con las leyes conocidas de la naturaleza algunos físicos han propuesto todo tipo de explicaciones exóticas: incluyendo nuevas fuerzas, nuevas dimensiones del espacio tiempo y nuevos tipos de partículas elementales.
El grupo de Riotto sin embargo resuelve el puzzle sin acudir a nada nuevo, atribuyendo la actual aceleración de la expansión del Universo a una consecuencia del modelo cosmológico estándar del Universo temprano: la inflación.
"Nuestra solución a la paradoja de la aceleración del Universo", dice Riotto, "descansa en la llamada teoría inflacionaria, desarrollada el año 1981. De acuerdo a esta, apenas ocurrida una pequeñísima fracción de un Segundo después del Big Bang, el Universo habría experimentado una expansión increíblemente rápida.
Esto explica por qué nuestro universo parece ser tan homogéneo. Recientemente los experimentos Boomerang y WMAP, que han medido las pequeñas fluctuaciones de la radiación de fondo originada en el Big Bang, habrían confirmado esta teoría, que aun tiene importantes detractores.
Se cree que durante esta temprana inflación se generaron pequeñas ondas en la estructura del espacio tiempo, tal como predice la Teoría general de la Relatividad de Einstein.
Estas ondas se estiraron con la expansión del universo y se extienden actualmente más allá de nuestro horizonte cósmico, esto es sobre una región mucho mayor que nuestro Universo observable, a unos 15 mil millones de años luz.
"Nos dimos cuenta que si consideramos estas ondas como un ingrediente fundamental, las ondas del espaciotiempo generadas durante la época de la inflación, a las ecuaciones de la Relatividad General para explicar por qué el Universo está acelerando hoy día", dice Riotto.
La solución al enigma de la aceleración incorpora al universo más allá de nuestros horizontes, sin acudir a la misteriosa energía oscura. Se trataría de la solución más conservadora posible, imaginada hasta el momento.
La historia del descubrimiento de que el Universo se expande revela el drama que significa generalmente para los científicos pasar de un paradigma a otro. Luego que Albert Einstein revelara al mundo su Mecánica Gravitacional (Teoría de la Relatividad General), otros científicos se abalanzaron sobre ella para estrujarle sus secretos.
Entre ellos, el físico ruso Alexander Friedman, que en 1922 consigue demostrar que según estas ecuaciones, el Universo se puede contraer o expandir. Einstein, horrorizado, decide cambiar sus ecuaciones agregándoles un término que el llamó constante cosmológica para estabilizar el Universo y hacerlo estático.
Este nuevo término, representaba una densidad de masa del espacio vacío que generaba la expansión del Universo con una velocidad siempre creciente.
Pero cuando en 1929, Edwin Hubble probó a través de las observaciones de los espectros de galaxias lejanas, que el Universo de hecho está en expansión, Einstein se apresuró en repudiar su constante cosmológica, llamándola "la mayor metida de pata de mi vida".
Sin embargo, observaciones realizadas en supernovas lejanas durante la década del 90, utilizando los estudios del astrónomo chileno Mario Hamuy, condujeron al extraordinario descubrimiento publicado el año 1998 que el Universo ha estado aumentando su velocidad de expansión desde al menos la mitad de su existencia.
La constante cosmológica fue así resucitada por los físicos teóricos y repuesta en las ecuaciones de la gravitación para describir este fenómeno. Aunque sus causas no se conocen completamente, se atribuyeron a una posible Energía Oscura, que representaría nada menos que el 70 por ciento de la masa del Universo.
Respecto al resto, cerca del 25 por ciento parece estar en la forma de otro componente misterioso, la Energía Oscura; mientras que solo un 5 por ciento estaría en la forma de Materia Ordinaria , compuesta de los mismos quarks, protones, neutrones y electrones de los que estamos hechos nosotros y las galaxias.
Ahora los físicos teóricos, Edward W. Kolb del U.S. Department of Energy's Fermi National Accelerator Laboratory, Chicago (USA); Sabino Matarrese de la Universidad de Padova; Alessio Notari de la University of Montreal (Canada); y Antonio Riotto del INFN (Istituto Nazionale di Fisica Nucleare) de Padova (Italia), han aparecido con una nueva solución a este astronómico acertijo, donde han probado suerte los mejores cerebros de la humanidad.
Su estudio fue enviado recientemente a la revista Physical Review Letters. Y allí explica Antonio Riotto que: "La hipótesis de la energía oscura es extremadamente fascinante, pero tiene el problema que ningún modelo teórico, ni los más modernos, como la supersimetría o la teoría de las cuerdas, es capaz de explicar la presencia de las misteriosa materia oscura en las cantidades que necesitan las observaciones.
"Si la energía oscura tuviese el tamaño que predicen las teorías, el Universo se habría expandido a una velocidad tan fantástica que hubiese sido imposible la existencia de nada de lo que conocemos en nuestro cosmos."
Para reconciliar esta cantidad de energía oscura con las leyes conocidas de la naturaleza algunos físicos han propuesto todo tipo de explicaciones exóticas: incluyendo nuevas fuerzas, nuevas dimensiones del espacio tiempo y nuevos tipos de partículas elementales.
El grupo de Riotto sin embargo resuelve el puzzle sin acudir a nada nuevo, atribuyendo la actual aceleración de la expansión del Universo a una consecuencia del modelo cosmológico estándar del Universo temprano: la inflación.
"Nuestra solución a la paradoja de la aceleración del Universo", dice Riotto, "descansa en la llamada teoría inflacionaria, desarrollada el año 1981. De acuerdo a esta, apenas ocurrida una pequeñísima fracción de un Segundo después del Big Bang, el Universo habría experimentado una expansión increíblemente rápida.
Esto explica por qué nuestro universo parece ser tan homogéneo. Recientemente los experimentos Boomerang y WMAP, que han medido las pequeñas fluctuaciones de la radiación de fondo originada en el Big Bang, habrían confirmado esta teoría, que aun tiene importantes detractores.
Se cree que durante esta temprana inflación se generaron pequeñas ondas en la estructura del espacio tiempo, tal como predice la Teoría general de la Relatividad de Einstein.
Estas ondas se estiraron con la expansión del universo y se extienden actualmente más allá de nuestro horizonte cósmico, esto es sobre una región mucho mayor que nuestro Universo observable, a unos 15 mil millones de años luz.
"Nos dimos cuenta que si consideramos estas ondas como un ingrediente fundamental, las ondas del espaciotiempo generadas durante la época de la inflación, a las ecuaciones de la Relatividad General para explicar por qué el Universo está acelerando hoy día", dice Riotto.
La solución al enigma de la aceleración incorpora al universo más allá de nuestros horizontes, sin acudir a la misteriosa energía oscura. Se trataría de la solución más conservadora posible, imaginada hasta el momento.
Sustituto del Hubble
En una conferencia de prensa para presentar un modelo del telescopio, los expertos indicaron que el observatorio "obtendrá imágenes desconocidas" sobre la formación de las galaxias y responderá muchos interrogantes sobre el origen del universo y la humanidad.
El modelo a escala real del telescopio, que sustituirá al "Hubble", el instrumento científico más productivo que se haya construido jamás y que ha ayudado a los astrónomos a perfeccionar sus conocimientos sobre el Universo, fue presentado a los periodistas en el National Mall de Washington.
El observatorio, que pesa 6.500 kilos, será lanzado en 2013 y su misión consistirá en obtener imágenes de la formación, hace miles de millones de años, de las primeras estrellas y galaxias.
Edward Weiler, administrador asociado de la NASA, indicó que este observatorio espacial supondrá a la agencia espacial estadounidense un gasto total cercano a los 4.500 millones de dólares.
"¿Merece la pena destinar todo ese presupuesto a este telescopio?", inquirió Weiler a los presentes, a lo que él mismo contestó: "¿Mereció la pena construir el 'Hubble'?".
"El 'Hubble' causó un gasto de más de 1.500 millones de dólares de aquella época, lo que serían cerca de 8.000 millones al precio de hoy día; el proyecto nos costará la mitad y su capacidad será entre 10 y 100 veces mayor, así que yo creo que merece la pena", argumentó Weiler.
Además, los expertos sostienen que aportará nuevas revelaciones sobre los entresijos de los sistemas solares, incluido el nuestro, y sobre la composición molecular de las atmósferas de "planetas extrasolares".
Matt Mountain, director del Instituto de las Ciencias Telescópicas Espaciales de Baltimore, manifestó durante la presentación que el James Webb aportará respuestas a grandes dudas de la humanidad, tales como: "¿Estamos solos en el universo?", o "¿de qué modo llegamos hasta aquí?".
"Vivimos una época de renacimiento científico, es increíble comprobar cómo ha cambiado el mundo en los últimos 17 años desde que el 'Hubble' fue lanzado; ahora conocemos, por ejemplo, la edad y la extensión del Universo cuando antes nos limitábamos a saber cuántos planetas había en nuestro sistema solar", explicó Mountain.
Martin Mohan, director del programa del nuevo observatorio, señaló que su espejo principal, que será el más grande jamás lanzado al espacio, mide 6,5 metros y está compuesto por 18 segmentos de un metal especial -berilio- en forma hexagonal.
El tamaño de este espejo es nueve veces más grande que el del "Hubble" y, además, pesa la mitad. Asimismo, el escudo solar de cinco capas que lleva incorporado mantendrá el observatorio a una temperatura aproximada de 225 grados bajo cero.
Este frío permitirá al telescopio, que será instalado a más de un millón y medio de kilómetros de la órbita de la Tierra, obtener imágenes de objetos muy lejanos a través de longitudes de onda infrarroja gracias a los instrumentos que portará en su interior.
Éstos lo componen una cámara de "casi infrarrojos", un espectrógrafo de "casi infrarrojos", otra cámara de "medio infrarrojos", y un sensor de navegación que incorpora un módulo de filtro ajustable "que convierte las señales de luz en señales eléctricas a partir de las que creamos las imágenes", manifestó el encargado de este programa espacial.
"El telescopio debe ser lo suficientemente estable para lograr una longitud de onda de 15 nanómetros o de lo contrario, las texturas que se obtengan serán borrosas o confusas", agregó.
Se espera que el nuevo observatorio espacial de la NASA inicie su misión seis meses después de que ocupe su órbita.
Las autoridades de la NASA han previsto que el telescopio tenga una vida útil de al menos diez años.
El modelo a escala real del telescopio, que sustituirá al "Hubble", el instrumento científico más productivo que se haya construido jamás y que ha ayudado a los astrónomos a perfeccionar sus conocimientos sobre el Universo, fue presentado a los periodistas en el National Mall de Washington.
El observatorio, que pesa 6.500 kilos, será lanzado en 2013 y su misión consistirá en obtener imágenes de la formación, hace miles de millones de años, de las primeras estrellas y galaxias.
Edward Weiler, administrador asociado de la NASA, indicó que este observatorio espacial supondrá a la agencia espacial estadounidense un gasto total cercano a los 4.500 millones de dólares.
"¿Merece la pena destinar todo ese presupuesto a este telescopio?", inquirió Weiler a los presentes, a lo que él mismo contestó: "¿Mereció la pena construir el 'Hubble'?".
"El 'Hubble' causó un gasto de más de 1.500 millones de dólares de aquella época, lo que serían cerca de 8.000 millones al precio de hoy día; el proyecto nos costará la mitad y su capacidad será entre 10 y 100 veces mayor, así que yo creo que merece la pena", argumentó Weiler.
Además, los expertos sostienen que aportará nuevas revelaciones sobre los entresijos de los sistemas solares, incluido el nuestro, y sobre la composición molecular de las atmósferas de "planetas extrasolares".
Matt Mountain, director del Instituto de las Ciencias Telescópicas Espaciales de Baltimore, manifestó durante la presentación que el James Webb aportará respuestas a grandes dudas de la humanidad, tales como: "¿Estamos solos en el universo?", o "¿de qué modo llegamos hasta aquí?".
"Vivimos una época de renacimiento científico, es increíble comprobar cómo ha cambiado el mundo en los últimos 17 años desde que el 'Hubble' fue lanzado; ahora conocemos, por ejemplo, la edad y la extensión del Universo cuando antes nos limitábamos a saber cuántos planetas había en nuestro sistema solar", explicó Mountain.
Martin Mohan, director del programa del nuevo observatorio, señaló que su espejo principal, que será el más grande jamás lanzado al espacio, mide 6,5 metros y está compuesto por 18 segmentos de un metal especial -berilio- en forma hexagonal.
El tamaño de este espejo es nueve veces más grande que el del "Hubble" y, además, pesa la mitad. Asimismo, el escudo solar de cinco capas que lleva incorporado mantendrá el observatorio a una temperatura aproximada de 225 grados bajo cero.
Este frío permitirá al telescopio, que será instalado a más de un millón y medio de kilómetros de la órbita de la Tierra, obtener imágenes de objetos muy lejanos a través de longitudes de onda infrarroja gracias a los instrumentos que portará en su interior.
Éstos lo componen una cámara de "casi infrarrojos", un espectrógrafo de "casi infrarrojos", otra cámara de "medio infrarrojos", y un sensor de navegación que incorpora un módulo de filtro ajustable "que convierte las señales de luz en señales eléctricas a partir de las que creamos las imágenes", manifestó el encargado de este programa espacial.
"El telescopio debe ser lo suficientemente estable para lograr una longitud de onda de 15 nanómetros o de lo contrario, las texturas que se obtengan serán borrosas o confusas", agregó.
Se espera que el nuevo observatorio espacial de la NASA inicie su misión seis meses después de que ocupe su órbita.
Las autoridades de la NASA han previsto que el telescopio tenga una vida útil de al menos diez años.
Imagenes obtenidas desde Chajnantor(Chile) Revelan las semillas de las galaxias en el fondo cosmico de microondas
Astrónomos, operando en la Cordillera de los Andes, desde el desolado llano de Chajnantor a 5 mil metros de altura, en la Región de Antofagasta, en Chile, han realizado las mejores imágenes obtenidas hasta el momento, de la luz más antigua emitida por el Universo, entregando con ello una confirmación a las teorías actuales sobre el origen de la materia y la energía.
Empujando hasta el límite las tecnologías actualmente disponibles, el Cosmic Background Imager (CBI), un conjunto de 13 telescopios sensibles a la radiación de microondas, construido y operado por el California Institute of Technology (Caltech) de Estados Unidos y financiado por la National Science Foundation (NSF) de ese país, observó minúsculas variaciones en el Fondo Cósmico de Microondas, la radiación (luz) fósil que ha viajado 14 mil millones de años antes de llegar hasta nosotros y que hoy nos llega con una temperatura de unos de 2,7 grados (-270,3° C).
En el extraordinario mapa de estas fluctuaciones obtenido por el CBI, aparecen por primera vez las semillas de materia y energía que posteriormente evolucionarían hacia cúmulos de galaxias (marcada con el círculo en la imagen). Las mediciones entregaron además evidencias observacionales independientes de la largamente debatida teoría de la Inflación, que sostiene que el Universo sufrió una violenta expansión (dentro de la explosión) en sus primeros micromomentos, cuando era aún de una densidad y una temperatura casi infinita. Este proceso habría generado las variaciones de densidad que posteriormente darían lugar a las grandes estructuras que hoy conocemos.
El modelo de la Gran Explosión (Big Bang), describe que pasados 300.000 años, el universo ya se había enfriado lo suficiente como para que los fotones pudiesen liberarse, permitiendo que la luz pudiese atravesarlo. El CBI observó los remanentes de esta temprana luz.
Analizando el mapa obtenido, los científicos han podido conocer y analizar la fuerza llamada "energía oscura", que parece desafiar a la gravedad y obligar al Universo a acelerar su expansión en un ritmo cada vez más acelerado. La Directora del NSF, Rita Colwell, afirmó que: "Cada nueva imagen del Universo temprano mejora nuestro modelo de cómo comenzó todo".
Por su parte el líder del equipo de astrónomos de Caltech, Anthony Readhead, agregó que "por primera vez hemos visto en estas imágenes, las semillas que darían lugar a un cúmulo de galaxias, dándole así una base observacional a las teorías sobre la formación de las galaxias. Estas extraordinarias observaciones, de alta resolución, son un conjunto de pruebas para la cosmología, entregando nuevas evidencias que el Universo es plano y que está dominado por la materia y la energía oscuras".
Las medidas tomadas por Readhead, en conjunto con sus colegas del Caltech, del Canadian Institute for Theoretical Astrophysics, y de las Universidades de Chicago y de Chile, obtuvieron sus resultados midiendo variaciones de temperaturas del orden de los 10 millonésimos de grado, en el FCM, la distribución de estas variaciones apoyan la idea que en sus primeros 10E-32 segundos el Universo tuvo una rápida inflación. Esta reciente observación respalda la realizada entre 1999 y el 2000, por el equipo Boomerang, en la Antártica, que utilizó un globo para alcanzar una zona de la atmósfera libre de vapor de agua y observó en una frecuencia diferente del CBI.
El instrumento utilizado, es un interferómetro de 13 elementos, montado en una plataforma de 6 metros, que opera entre las frecuencias de 26 a 36 GHz (un radiotelescopio milimétrico), observando 44 arcominutos del cielo, aproximadamente una vez y media el diámetro de la Luna con una resolución de 4,5 a 10 minutos de arco. Está ubicado en el Llano de Chajnantor, en el Desierto de Atacama, el más seco de la Tierra, a una altura de 5.080 metros, en un terreno cedido por el Gobierno de Chile a través de su Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dentro de una gran llanura reservada para la astronomía.
Empujando hasta el límite las tecnologías actualmente disponibles, el Cosmic Background Imager (CBI), un conjunto de 13 telescopios sensibles a la radiación de microondas, construido y operado por el California Institute of Technology (Caltech) de Estados Unidos y financiado por la National Science Foundation (NSF) de ese país, observó minúsculas variaciones en el Fondo Cósmico de Microondas, la radiación (luz) fósil que ha viajado 14 mil millones de años antes de llegar hasta nosotros y que hoy nos llega con una temperatura de unos de 2,7 grados (-270,3° C).
En el extraordinario mapa de estas fluctuaciones obtenido por el CBI, aparecen por primera vez las semillas de materia y energía que posteriormente evolucionarían hacia cúmulos de galaxias (marcada con el círculo en la imagen). Las mediciones entregaron además evidencias observacionales independientes de la largamente debatida teoría de la Inflación, que sostiene que el Universo sufrió una violenta expansión (dentro de la explosión) en sus primeros micromomentos, cuando era aún de una densidad y una temperatura casi infinita. Este proceso habría generado las variaciones de densidad que posteriormente darían lugar a las grandes estructuras que hoy conocemos.
El modelo de la Gran Explosión (Big Bang), describe que pasados 300.000 años, el universo ya se había enfriado lo suficiente como para que los fotones pudiesen liberarse, permitiendo que la luz pudiese atravesarlo. El CBI observó los remanentes de esta temprana luz.
Analizando el mapa obtenido, los científicos han podido conocer y analizar la fuerza llamada "energía oscura", que parece desafiar a la gravedad y obligar al Universo a acelerar su expansión en un ritmo cada vez más acelerado. La Directora del NSF, Rita Colwell, afirmó que: "Cada nueva imagen del Universo temprano mejora nuestro modelo de cómo comenzó todo".
Por su parte el líder del equipo de astrónomos de Caltech, Anthony Readhead, agregó que "por primera vez hemos visto en estas imágenes, las semillas que darían lugar a un cúmulo de galaxias, dándole así una base observacional a las teorías sobre la formación de las galaxias. Estas extraordinarias observaciones, de alta resolución, son un conjunto de pruebas para la cosmología, entregando nuevas evidencias que el Universo es plano y que está dominado por la materia y la energía oscuras".
Las medidas tomadas por Readhead, en conjunto con sus colegas del Caltech, del Canadian Institute for Theoretical Astrophysics, y de las Universidades de Chicago y de Chile, obtuvieron sus resultados midiendo variaciones de temperaturas del orden de los 10 millonésimos de grado, en el FCM, la distribución de estas variaciones apoyan la idea que en sus primeros 10E-32 segundos el Universo tuvo una rápida inflación. Esta reciente observación respalda la realizada entre 1999 y el 2000, por el equipo Boomerang, en la Antártica, que utilizó un globo para alcanzar una zona de la atmósfera libre de vapor de agua y observó en una frecuencia diferente del CBI.
El instrumento utilizado, es un interferómetro de 13 elementos, montado en una plataforma de 6 metros, que opera entre las frecuencias de 26 a 36 GHz (un radiotelescopio milimétrico), observando 44 arcominutos del cielo, aproximadamente una vez y media el diámetro de la Luna con una resolución de 4,5 a 10 minutos de arco. Está ubicado en el Llano de Chajnantor, en el Desierto de Atacama, el más seco de la Tierra, a una altura de 5.080 metros, en un terreno cedido por el Gobierno de Chile a través de su Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dentro de una gran llanura reservada para la astronomía.
Equipo de la nasa enfoca la vista sobre la infancia del universo
Mediante un avanzado telescopio espacial de microondas, ubicado en una lejana órbita alrededor del segundo Punto de Lagrange, o "L2", de nuestro planeta, a un millón y medio de kilómetros de la Tierra en la dirección contraria al Sol. Un equipo científico de la NASA, ha obtenido la mejor imagen del Fondo Cósmico de Microondas conseguida hasta el momento.
Es el resultado de doce meses continuados de observaciones de todo el cielo y contiene detalles asombrosos, que luego que comiencen a ser analizados podría llegar a ser el descubrimiento científico más importante de los últimos años.
Este retrato cósmico fue obtenido con la Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) de la NASA.
Los resultados del WMAP vienen a confirmar las teorías del Big Bang y de la Inflación, que indican que del contenido total del Universo sólo un 4% son átomos de materia ordinaria, 23% de algún tipo desconocido de "materia oscura", y un 73% de una misteriosa "energía oscura". Las nuevas mediciones permitirán arrojar alguna luz sobre esta "energía oscura" que actúa como un tipo de anti-gravedad.
Una de las mayores sorpresas que ha entregado la nueva información, es que la primera generación de estrellas en encenderse en el Universo lo hizo sólo 200 millones de años después del Big Bang, mucho antes de lo que muchos científicos habían esperado.
Además el Nuevo retrato del Universo, permite calcular su edad con precision: 13,7 mil millones de años, con un pequeño margen de error de sólo un 1 por ciento.
La luz fotografiada ha viajado 13 mil millones de años y se generó sólo 380 mil años después del Big Bang. Las zonas de diferentes colores, que representan variaciones de un millonésimo de grado por sobre y debajo de los 2,73 grados sobre el cero absoluto, que es la temperatura con la que hoy recibimos esta luz, que en su origen tuvo una temperatura de unos 10.000 grados.
Primero se formaron aglutinaciones de materia bajo la influencia de la gravedad, luego se encendieron las primeras estrellas, y finalmente se formaron las estructuras de las galaxias.
viernes, 16 de octubre de 2009
¿Décimo planeta en el Sistema Solar?
Aunque su tamaño aún es incierto, Sedna es el mayor de los planetas localizados alrededor del Sol desde el descubrimiento de Plutón en 1930. Está a más de 10,000 millones de kilómetros de la Tierra en una región llamada Cinturón de Kuiper, que tiene cientos de objetos conocidos, pequeños mundos de roca y hielo, aunque algunos pueden ser tan o más grandes que Plutón. Sedna es más rojo que cualquier otro cuerpo del Sistema Solar, excepto Marte, y sigue una órbita muy elíptica, que en su punto más alejado le sitúa a 135,000 millones de kilómetros del Sol. Por ello, Sedna necesita 11,500 años terrestres para completar una órbita.
Multiverso
Los cosmólogos teóricos estudian modelos del conjunto espacio-tiempo que estén conectados , y buscan modelos que sean consistentes con los modelos físicos cosmológicos del espacio-tiempo en la escala del universo observable. Sin embargo, recientemente han tomado fuerza teorías que contemplan la posibilidad de multiversos o varios universos coexsistiendo simultáneamente.
El futuro de acuerdo con la teoría del Big Bang
Antes de las observaciones de la energía oscura, los cosmólogos consideraron dos posibles escenarios para el futuro del universo. Si la densidad de masa del Universo se encuentra sobre la densidad crítica, entonces el Universo alcanzaría un tamaño máximo y luego comenzaría a colapsarse. Por otro lado, si la densidad en el Universo es igual o menor a la densidad crítica, la expansión disminuiría su velocidad, pero nunca se detendría. La formación de estrellas cesaría mientras el Universo en crecimiento se haría menos denso cada vez. El promedio de la temperatura del universo podría acercarse asintóticamente al cero absoluto (0 K ó -273,15 °C). La entropía del universo se incrementaría hasta el punto en que ninguna forma de energía podría ser extraída de él, un escenario conocido como muerte térmica. Más aún, si existe la descomposición del protón, proceso por el cual un protón decaería a partículas menos masivas emitiendo radiación en el proceso, entonces todo el hidrógeno, la forma predominante del materia bariónica en el universo actual, desaparecería a muy largo plazo, dejando solo radiación.
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